El exterior del BMW Z4.
Un roadster diseñado como sólo BMW sabe hacer: las clásicas proporciones del capó alargado y los voladizos cortos se han completado con unos asientos bajos situados cerca del eje trasero para proporcionar al conductor una perfecta visión de la carretera. Su moderno diseño, fruto de la conjunción de unos sorprendentes contornos con unos toques de suavidad, reflejan a la perfección el carácter de este vehículo, desde su característica parrilla delantera hasta los poderosos pasos de rueda traseros. Con todo, es el modo en que este roadster lidia sin problemas con las curvas y rectas lo que lo hace verdaderamente inconfundible.
El interior del BMW Z4.
Un ajuste perfecto para dar rienda suelta a la exploración. Al igual que un traje hecho a medida, el BMW Z4 se puede personalizar por completo para adaptarse a las necesidades del conductor. Gracias a la consola central asimétrica y a los instrumentos dispuestos de manera óptima o a los elementos de control de formas redondeadas que recuerdan al legendario BMW Z8, cada trayecto a bordo de este vehículo constituye un nuevo viaje al mundo de la elegancia. La increíble sensación de libertad no desaparece al cerrar el techo; el vínculo entre el conductor, el vehículo y la carretera jamás ha sido tan estrecho.
El techo duro retráctil del BMW Z4.
El primer BMW Roadster con techo duro retráctil. La sofisticación de su diseño hace que su inconfundible apariencia baja permanezca inalterada incluso con el techo abatido. Esto es posible gracias a que el techo retráctil de dos secciones en aluminio se abate a la perfección en tan sólo unos 20 segundos. Cuando se encuentra en posición cerrada, la línea de techo del roadster adquiere una forma semejante a la del coupé, y la amplitud de las ventanillas laterales y la luna posterior garantizan unas vistas panorámicas de excepción. Conducir con el techo abierto o cerrado será una cuestión de momentos, pero jamás de estilo.