Como cada otoño que se precie desde que existe el GT-R R35, Nissan ha vuelto a anunciar una nueva mejora del GT-R para la nueva temporada. En esta ocasión los cambios han sido menores, porque "la gran fiesta" llegará en 2014, con un trabajo más profundo, pero aún así, la versión 2013 viene con nuevos ingredientes con los que seguir conquistando corazones.
A nivel técnico, el motor recibe nuevos inyectores de mayor caudal, una válvula de bypass del turbo que funciona en descarga con mayor precisión y velocidad, para evitar descompresiones elevadas, un nuevo cárter tabicado para controlar mejor el lubricante en curvas de alta velocidad, y se emplea, además, un nuevo lubricante Motul.
La suspensión se recalibra una vez más, con nuevos bujes para los brazos de suspensión, nuevos amortiguadores y una estabilizadora delantera también de nueva factura. Los rodamientos se encuentran precargados con mayor par en los bujes de las ruedas, para trabajar mejor ante situaciones de alta carga, mientras se ha montado un nuevo sistema de ajuste de la caída de las ruedas delanteras mediante rótulas, para poder ajustarlas y mantenerlas en su punto.
Se han incluido además dos nuevos refuerzos en el monocasco, en la zona del salpicadero, para reducir más si cabe la torsión del chasis y su flexión, así como los movimientos de la columna de dirección.
Con todas las modificaciones, el nuevo GT-R es capaz de girar el Nordschleife de Nürburgring en 7:18,6.
El habitáculo también ha ganado más opciones para ser más confortable, pero vamos, este es el aspecto que menos nos impresiona del nuevo aparato.
