La publicación británica Autocar publica esta semana un completo artículo donde relata los planes estratégicos de Land Rover de aquí a 2020, en un movimiento con el que la hermana de Jaguar pretende colonizar completamente el mercado SUV a base de lanzamientos.
La idea de Land Rover es contar con nada menos que 16 nuevos modelos repartidos en tres familias de producto: seis Range Rover "lujosos", cinco Land Rover Defender "de trabajo" y cinco Land Rovers mezclados entre Discoverys y Freelanders, para un mixto entre lujo y capacidades todoterrenísticas.
En la línea de lujo, Land Rover expandiría su gama actual de Ranges, actualmente dividida en Range Rover, RR Sport y RR Evoque, agregando tres variantes. Una sería la descapotable, que ya vimos en forma de prototipo hace meses, otra sería un "baby" Evoque, un Evoque del tamaño de un MINI pensado para competir en el segmento B-C, y un Evoque "XL", más grande que el Evoque cinco puertas normal, pero más económico que el RR Sport.
En la gama Land Rover "mixta", el Discovery se desdoblaría en dos variantes, una "normal" y una "lujosa". Esta última sería hermana directa del RR Sport, pero con capacidad todoterreno incrementada. Los Discovery seguirán siendo, en todo caso, todoterrenos "puros", capaces de adentrarse en terrenos complicados.
Por debajo de ellos estará la renovada gama del Freelander, que se dividirá en tres versiones, una "Super XL", una "grande" y una "compacta". Las tres versiones serán equivalentes a los Evoque de los mismos tamaños, pero nuevamente con una orientación más campera, y capacidades todo-terreno incrementadas.
Por último estará la familia "de trabajo", en forma del Defender. Este tendrá versiones larga, corta, pick up, y una "D100", que no será otra cosa que un Evoque "mini", recarrozado con estética de Defender, y capacidades monteras. Una especie de respuesta al Jeep BSUV que se avecina.
Autocar agrega en el plan al Defender actual, del que aseguran que se podría seguir produciendo para mercados emergentes, donde las normas de emisiones y seguridad no son tan exigentes.
Si todos estos planes salieran adelante como espera JLR, estaríamos hablando de una Land Rover con ventas por encima de las 600.000 unidades anuales, a base de ofrecer 16 modelos montados sobre tres bases de componentes.