El Grupo Volkswagen lleva ya varios años desarrollando motores pequeños con una excelente relación potencia/eficiencia y qué mejor que un auto compacto como el Polo para poner en práctica este estilo.
El nuevo Polo es un hatchback compacto que goza de muy buen espacio a pesar de su tamaño. El diseño nos recuerda mucho al Golf, pero parece ser que justo esa es la intención. La parrilla y los faros parecen haber sido tomados directamente de su hermano mayor y lo que los diferencia son principalmente el tamaño y la línea del poste C junto al portón trasero. Los faros traseros también cambiaron, pero al verlo de frente las similitudes parecen excesivas.
En el interior encontramos el ya clásico estilo VW de plásticos negros de buena calidad y diseño funcional aunque no muy estético. Especial cuidado se tuvo en la ergonomía que está muy bien lograda y los asientos nos sorprendieron por su gran soporte lateral y comodidad en general. No esperabos asientos tan buenos en un auto de este rango de precio.
Nuestro modelo de prueba era el Comfortline que cuenta con muy buen equipamiento para ser la versión base, lo único que no tiene es navegador y controles en el volante. Es comprensible que el navegador no esté disponible en esta versión, pero los controles del radio en el volante se extrañaron.
El motor que utiliza es el cuatro cilindros de 1.2 litros turbo con 105 caballos de fuerza junto a la caja DSG de 7 velocidades. La combinación de el pequeño motor con la caja DSG hace una muy buena mancuerna, recordándonos que ya no son necesarios los motores 2.0 litros normalmente aspirados que gastan y contaminan mucho más que estas pequeñas plantas de poder y entregan la misma potencia.
Debido a la poca cilindrada existe un retraso del turbo notable en la parte baja del tacómetro. Debajo de 2000 rpm le cuesta mucho trabajo al coche moverse, pero una vez superada esa barrera la entrega de potencia es pareja y el Polo se conduce con mucha soltura. Si no quieren tener que soportar el retraso del turbo pueden comprar la versión manual y sacar el embrague a 2000 rpm para solucionar el problema.
Este pequeño hatchback es un auto primordialmente urbano, por lo que la suspensión está puesta a punto del lado cómodo. La dirección es ligera y precisa y los cambios de la caja son suaves cuando se encuentra en modo normal. Al cambiar a Sport las velocidades se mantienen más tiempo y los cambios son más agresivos.
El Polo nos recuerda mucho al Golf original, un hatchback pequeño sumamente versátil que puede ser justo lo necesario para muchas personas que hacen cosas muy diferentes. Todo esto a un precio accesible con una estética que aunque no es revolucionaria, sí es bastante agradable.