MINI es sinónimo de diversión, de disfrute al volante, y conducción risueña. Pero por suerte o por desgracia, su ya no tan reducida gama lleva mostrando síntomas de gigantismo desde hace un tiempo, lo que hace que la aparición del nuevo Cooper Coupé sea doblemente significativa. Con él regresa el espíritu jovial de la marca, que se abre camino hacia un segmento, el de los pequeños deportivos biplaza, en el que hasta ahora no estaba presente.
El MINI Cooper Coupé es heredero directo del concept de 2009, y como él, consigue plasmar la esencia de la firma británica con la primera carrocería de tres volúmenes del fabricante, con un culete respingón inédito en la familia. Son también totalmente nuevos su techo en forma de casco (descripción oficial; lo primero que pensamos nosotros es que tenía boina...), y un parabrisas trasero envolvente con un perfil realmente bajo. La tapa del maletero oculta un alerón retráctil que se despliega al alcanzar los 80 km/h.