Fiat y Chrysler se unen


2009 fue el año de la bancarrota para Chrysler. La crisis acechaba, los grandes grupos automovilísticos norteamericanos sufrían las consecuencias y el rescate del gobierno de Barack Obama pasaba por una muestra de intenciones que justificase el desembolso de capital público. La llegada de Fiat y su adquisición inicial de un 20% de las participaciones de Chrysler confirmaba la senda de la recuperación para los norteamericanos y la fusión progresiva entre italianos y americanos.

Recientemente se marcaba un nuevo hito en el proceso de fusión y Fiat introducía dos ruedas y media en el mercado norteamericano elevando su participación en Chrysler LLC hasta el 53.5%, tras adquirir un 6% de las acciones propiedad del Tesoro de los Estados Unidos y un 1.5% de un holding canadiense, así como los derechos sobre acciones de la United Auto Workers. El próximo paso según Marchionne, ahora CEO de ambas compañías, será la formación de una estructura de administración común para ambas marcas compuesta por 25 ejecutivos.

Recordemos la razón de ser de esta fusión. Fiat pretende la introducción de su gama de automóviles en Estados Unidos, centrándose especialmente en el regreso de Alfa Romeo a Norteamérica y la comercialización de modelos como el Fiat 500. Para ello contarán con las infraestructuras y redes de distribución y concesionarios de Chrysler.

Los norteamericanos por su parte se verán beneficiados de la tecnología del grupo Fiat compartiendo mecánicas más eficientes, plataformas e incluso modelos definitivos, como los Lancia Flavia y Thema, que serán únicamente remozados y personalizados con los emblemas de Chrysler para su venta en Norteamérica.

En este tipo de fusiones siempre hay una marca que se ve beneficiada en mayor medida que la otra. En cualquier caso, ¿quién creen que saldrá ganando en esta unión entre italianos y americanos?