Es por todos sabido que los esfuerzos de los fabricantes para electrificar sus catálogos comienzan siempre por los escalones inferiores. Imprimir unas prestaciones aceptables a un vehículo que sobrepase las dimensiones del típico compacto es extremadamente costoso en términos económicos y de ingeniería, pero también puede redundar en interesantes réditos a nivel de imagen. Además, próximamente no quedará más remedio que lanzar versiones híbridos y/o sin emisiones de prácticamente todos los modelos si se quiere equilibrar la balanza de emisiones impuesta por los gobiernos de Europa y Estados Unidos, de forma que Mercedes ya está pensando en el futuro lanzamiento de un Clase S eléctrico según Thomas Weber, jefe de I+D de Daimler.