oy en día las especializaciones son sumamente comunes, la gente se concentra en un trabajo en específico y la versatilidad va desapareciendo poco a poco. Lo mismo pasa con las marcas de autos, hay marcas especializadas en autos de lujo, en deportivos o en todo terreno, pero hay muy pocas marcas que ofrecen verdaderamente un vehículo para cada segmento.
Un claro ejemplo de esto es General Motors, que a través de sus múltiples marcas cubren absolutamente todos los segmentos del mercado, desde los autos utilitarios económicos, hasta los súper deportivos, sin olvidar los vehículos familiares y los sedanes de lujo. Lógicamente la marca más importante de este esquema es Chevrolet, que tiene todo tipo de autos y camionetas, desde el modesto Spark, hasta el llamativo Corvette.
Uno podría pensar que al abarcar tantos segmentos se pierde calidad en algunos, pero las marcas que han decidido crear un auto para cada quién, están comprometidas con esta idea y no escatiman en calidad o diseño dentro de los límites de cada segmento. El Chevrolet Spark es un gran auto de entrada a la marca, tiene muy buenos acabados y buen equipamiento, lógicamente no lo podemos comparar con lo que ofrece un Cadillac CTS o un Buick LaCrosse, pero para ser un auto económico que seguramente muchos obtendrán como su primer auto, es un gran producto.
El Spark y el Corvette son el ejemplo perfecto para acentuar las diferencias que pueden existir en dos autos de la misma marca, que se fabrican con el mismo ímpetu y preocupación, pero que son polos completamente opuesto, el Alfa y el Omega.
El Alfa para Chevrolet es el Spark. Un auto pequeño con un motor cuatro cilindros de 1.2 litros con 80 caballos de fuerza. Es pequeño, ágil, y pensado para usarlo en la ciudad. Sus cortas dimensiones le permiten moverse con libertad en el tránsito y cuenta con suficiente espacio en el interior para hacer esos viajes urbanos con cuatro adultos.
El Omega, en cambio, es el Corvette. El auto deportivo americano por excelencia. Su estilizado cuerpo es considerablemente más largo y ancho que muchos de los modelos de la marca, su enorme motor V8 de 6.2 litros y 425 caballos está hecho con sólo una idea: velocidad. El Corvette es un auto que en las ciudades no le va tan bien, digamos que el tránsito citadino definitivamente no es uno de sus lugares favoritos, pero en cuanto tiene un pequeño espacio para dejar libreas a todos esos caballos de fuerza se convierte en un auto de ensueño.
El Spark es el auto más barato de Chevrolet, y el Corvette (en su versión ZR1) es el auto más caro de la marca americana. No podrían ser más diferentes, pero tampoco podrían vivir el uno sin el otro. Los coches económicos, los que se venden en grandes volúmenes, son los autos que permiten que hayan los medios para fabricar esos autos exóticos de ensueño, y a su vez esos autos de ensueño, que generalmente son aspiracionales, son los que hacen que la gente voltee a ver a una marca y compre el modelo de entrada.
Aunque sean polos opuestos, la importancia de ambos modelos para la marca es la misma, uno representa el futuro y la movilidad y versatilidad, mientras que el otro es un ícono del legado y la fama que ha construido a través de los años.