El nuevo Jaguar XKR-S Convertible


Empezaremos este artículo enunciando varios axiomas –leyes no escritas que se cumplen de forma inexorable– relacionados con el mundo del automovilismo.

1) Añadirle una R o una S al nombre de un coche aumenta su potencia en, al menos, un 10%. Poner ambas letras, una al lado de la otra, en la trasera del coche, incrementa esa misma potencia en cifras que pueden rondar el 30%.

2) Añadirle al diseño de un vehículo alerones gigantes, difusores de fibra de carbono, entradas de aire sobredimensionadas, llantas de 20 pulgadas o, en general, elementos aerodinámicos de todo tipo que lo hagan parecer más musculoso, multiplica su atractivo.  

3) Todo deportivo de bandera ha de tener su versión descapotable.

4) Si fabricas un descapotable, que suene bien con la capota bajada o que no suene en absoluto.

5) Burra grande, ande o no ande.



Todas ellas se aplican a la perfección al nuevo Jaguar XKR-S. Y, aunque no todo el mundo se siente igual de cómodo ante la idea de que un Jaguar pueda sacrificar siquiera un ápice de su confort de marcha por desarrollar una deportividad extrema, sus cifras son ciertamente inapelables: 0 a 100 km/h en 4,4 segundos y una velocidad punta (limitada) de 300 km/h. 

Como el XK era inicialmente un coche descapotable –recuerdo haberlo exprimido por las carreteras de Sudáfrica, melena al viento–, adaptar el bastidor de aluminio del coche respecto al del XKR-S coupé para conseguir la rigidez torsional deseada y unas prestaciones dinámicas a la altura de lo que se espera de este coche no ha sido difícil. Y eso que el reto era grande: domar, nada más y nada menos que 550 CV de potencia y 680 Nm de par que provienen de un propulsor V8 sobrealimentado de cinco litros.

Lo que más llama la atención de este XKR-S Convertible es, sin lugar a dudas, su musculoso diseño. Se ha revisado la aerodinámica con las últimas técnicas de dinámicas de fluidos computacionales y se han cambiado el paragolpes delantero y el difusor trasero. La capota, insonorizada, se cierra en 18 segundos.

Aparte, el sistema de tubos de escape activos consigue un sonido francamente embriagador. Sí, habrá quien considere tal técnica una trampa. Los puristas siempre han opinado que un coche ha de sonar sin artificios. Pero el resultado merece la pena y, aunque siempre es más auténtico un instrumento de orquesta, los sintetizadores tampoco están nada mal.

Para exprimir tamaña caballería sin sobresaltos, al XKR-S le han instalado también un Sistema Dinámico Adaptativo reprogramado. También ha sido rediseñado el esquema de suspensiones, aumentando la dureza y, de ese modo, mejorando la tracción y el agarre.