Mazda MX-5


El MX-5 ha sido durante mucho tiempo un auto de culto. Reinventando el segmento de los raodsters, este pequeño biplaza deportivo sigue vigente gracias a que sigue siendo uno de los autos que entrega un manejo puro y sin adulterar a un precio sumamente accesible. Sigue siendo un auto para quien gusta de manejar y no sólo quiere ir del punto A al punto B.

El Mazda MX-5 es la reencarnación del roadster moderno. Su estética es bastante atrevida y cumple a la perfección con los parámetros que establecieron los fabricantes ingleses en la década de los 60: un auto pequeño, ligero, sin demasiada potencia y que está hecho específicamente para gozar el manejo deportivo.




Las enormes salpicaderas y sus rines de 17 pulgadas se combinan con una distancia al piso muy corta para darle una postura agresiva y deportiva. El diseño es bastante atrevido y hace que todo mundo lo voltee a ver.

El habitáculo puede parecer algo claustrofóbico, sobre todo para la gente alta, pero no es algo que agrave demasiado. La ergonomía en el interior lo convierte en un auto cómodo en el cual se pueden hacer viajes largos en carretera sin mayores problemas. Los asientos tienen buena sujeción y ambas plazas tienen espacio más que suficiente.

El volante es de buen tamaño pero a los conductores más altos les estorbará un poco cuando estén atorados en el tránsito y quieran doblar las piernas. Todos los comandos están a la mano, pero no estamos seguros si es porque la ergonomía del interior es muy buena o simplemente porque el interior es algo reducido.

Nuestra versión de prueba venía equipada con techo duro retráctil el cual se cierra o abre de manera eléctrica en tan solo 12 segundos.

La dirección es bastante precisa, el comportamiento del auto tiende a sobrevirar pero es bastante comunicativo, por lo que en todo momento nos dice exactamente lo que va a suceder, haciendo que sea muy fácil corregir la trayectoria o incluso inducir el sobreviraje y mantenerlo ahí sin perder el control.

Nuestro modelo de pruebas contaba con la transmisión automática con cambios manuales. Aunque no es lo mismo que una caja manual, esta automática hace muy bien su trabajo. En modo manual hace los cambios rápido y no cambia sola cuando llega al límite de revoluciones, algo que se agradece mucho ya ques permite quedarnos en la velocidad que queremos al pasar por una curva.

Su motor de cuatro cilindros en línea con 158 caballos de fuerza es más que suficiente para mover con alegría las 2500 libras que pesa. La planta motriz está situada de manera longitudinal lo más abajo y hacia el centro del cauto posible, para lograr una distribución de peso óptima.

La cajuela tiene espacio suficiente para el equipaje de los dos ocupantes que puede cargar, y no importa la posición de la capota ya que se guarda en un compartimiento propio que no afecta la capacidad del porta equipaje.