El nuevo Ford Focus ST


Desde los gloriosos tiempos de los primeros Escort RS200, XR3 y Fiesta XR2, los Ford deportivos siempre han sido modelos muy rápidos, más asequibles que sus rivales. Es verdad que a finales de los años 90, los "GTI" pasaron un poco de moda. Los Peugeot no eran más que la sombra de lo que habían sido en su día el 205 y el 309 GTI, el Golf IV GTI tenía un motor anémico de 150 CV y el primer Ford Focus ST se conformaba con un 4 cilindros atmosférico de 170 CV.

 Pero el mercado fue cambiando y las versiones deportivas recobraron fuerza. Para su segunda generación, el Focus ST recibió un 5 cilindros en línea de 2.5 litros turbo de origen Volvo que desarrollaba 225 CV. Un excelente chasis a la altura del motor y un diseño agradable o convirtieron en una buenísima alternativa al eterno Golf GTI, el cual se había reconvertido, también, a la sobrealimentación.



Para su tercera generación, el Focus ST vuelve con un 4 cilindros turbo de 2.0 litros de cilindrada. Es un motor más pequeño, ciertamente, pero eroga 250 CV. El objetivo de la marca del óvalo azul es muy claro: robarles ventas a los Volkswagen Golf GTi, SEAT Léon Cupra R y Alfa Romeo Giulietta Quadrifoglio Verde. El Renault Mégane RS es, como lo confiesa la propia Ford, demasiado radical en su concepto. Y es que el Focus pretende ser el compromiso ideal entre deportivo y polivalencia.