Akio Toyoda dice muchas cosas (y no siempre para nuestro agrado), pero si algo no podemos echarle en cara es que no esté poniendo todo su corazón en devolver a Toyota su antiguo espíritu deportivo. A pesar de que hoy día Toyota se limita a hacer automóviles de propósito marcadamente utilitario en su propósito como transporte de personas, el ya-no-tan-nuevo jefe de la compañía es un fanático de las altas prestaciones, y tiene pensado dar su puntito de deportividad hasta a aquellos vehículos que a priori no la necesitan para nada. Híbridos incluidos.
Según publica Autoweek, Toyoda-san ha dado instrucciones a sus ingenieros para revigorizar sus modelos con asistencia eléctrica con los reflejos y el comportamiento que hace tiempo eran una de las señas de la marca. En sus propias palabras, el MR2 Sports Hybrid, un prototipo basado en el añorado MR2, es la clase de automóviles que deberíamos esperar de Toyota, "un coche que muestre nuestras ambiciones, algo asequible, divertido de conducir y bueno para el medio ambiente".
¿Son estas nociones enfrentadas? Por nuestra breve experiencia con el Honda CR-Z diríamos que no. Nosotros tan solo pedimos que este afán por reencontrarse con su antigua deportividad no dé comienzo con el FT-86, y más aún teniendo en cuenta que el Prius podría convertirse dentro de poco en una submarca con un elevado potencial para experimentos de este tipo. Desde luego, nosotros no sabríamos negarnos a esa supuesta versión Coupé.