Se nota que cada vez queda menos para que la 81ª edición del Salón de Ginebra abra sus puertas. La mayoría de fabricantes están aprovechando estos días para anunciar sus planes y novedades de cara a la cita suiza, y uno de los últimos en hacerlo ha sido Toyota. El gigante japonés ha anunciado que, junto a las ya anunciadas presentaciones del FT-86 II, del Prius+ y del Yaris Hybrid, nos mostrará un modelo eléctrico basado en el pequeño iQ. De momento tan sólo se trata de un prototipo, aunque en la nota de prensa dejan entrever una posible comercialización de cara al 2012, eso sí, mediante leasing.
Desarrollado a partir del sistema Hybrid Synergy Drive ya visto en el Toyota Prius, el nuevo iQ EV promete una autonomía entorno a los 110 kilómetros, gracias al uso de unas baterías ultra-planas de ion-litio diseñadas en exclusiva para este modelo. Éstas han sido diseñadas de tal manera que no afectan en absoluto a las cualidades de coche eminente urbano que ya tenía el iQ. En este sentido, tanto el espacio para los ocupantes como la (minúscula) zona de carga permanecen inalteradas, con lo que se ha conseguido mantener el espíritu del modelo, reduciendo las emisiones a cero.
Las primeras unidades de prueba del Toyota iQ EV empezarán a rodar por las carreteras europeas a lo largo de este año. La idea pasa por ponerlo en el mercado en el año 2012, aunque, tal y como también piensa hacer BMW con el Megacity, el fabricante japonés comercializaría los coches mediante leasing, una fórmula que cada día gana más adeptos entre los fabricantes. La razón me imagino que habría que encontrarla en los altos costes de desarrollo que estos modelos implican, muy difíciles de trasladar al producto final si no se quiere caer en precios prohibitivos. Asimismo, Toyota ha anunciado que el iQ EV también se ofrecerá en el importante mercado norteamericano, aunque no se descarta su comercialización en otros países.
No me cansaré de decirlo, pero me alegra ver como los fabricantes cada vez se involucran más en este tipo de tecnologías, que no se cruzan de brazos, y que buscan soluciones al problema de la falta de recursos energéticos a medio plazo. Si ayer hablábamos de un deportivo como Porsche Boxster E, hoy toca hablar del Toyota iQ EV y hace unos meses hacíamos lo propio con el todo-terreno RAV4 EV. Se trata de un síntoma inequívoco de que los coches eléctricos son prácticamente una realidad, y que no se limitan unicamente a modelos determinados y pensados para un uso exclusivamente urbano. A poco que el sector evolucione como el de la telefonía móvil, en dos días los motores de combustión parecerán cosa del pasado.