Pocos días después de que Infiniti publicara un primer teaser, ya se ha hecho oficial la presentación del Infiniti Etherea, un prototipo que adelanta las líneas que tendrá el primer compacto de la división de lujo de Nissan. Aún no se han publicado muchos datos, pero ya podemos ver a la perfección cuál es su aspecto definitivo, que como se puede comprobar se identifica claramente con la línea de la marca.
Personalmente, nada más ver la imagen inicial me ha recordado al mastodóntico Infiniti QX56vendido en EEUU. El frontal muestra la típica parrilla frontal de barras múltiples horizontales cromadas, presididas por el símbolo de Infiniti en gran tamaño. Los faros rasgados y el capó abombado también son señas de identidad de la marca. Sin embargo, hay que irse a la vista lateral y la trasera para ver las características diferenciadores del diseño del prototipo, ya que su aspecto es más cercano al de un SUV aplastado que al de un compacto propiamente dicho.
Para empezar, la longitud es de 4.4 metros, lo que le sitúa como uno de los más grandes de su segmento en el supuesto de que llegara así al mercado. En el lateral destacan las manecillas de las puertas camufladas, pero sobre todo la forma curvada del pilar y el techo tan tendido, que le dan un aspecto elegante pero quizá también algo pesado. En la zaga destacan la gran altura que aparenta el conjunto.
De momento no han comentado más detalles acerca de su motorización o los planes concretos de producción, pero afirman que su diseño está enfocado hacia clientes jóvenes que deseen un compacto premium. Aseguran que no es conservador ni tradicional, aunque no destaca por tener un diseño enormemente dinámica o juvenil. En el Salón de Ginebra deberíamos salir de dudas y conocer más detalles del Infiniti Etherea.
Es curioso lo rápido que está avanzando Infiniti en Europa. Mientras que Lexus ha tardado muchos años en intentar conquistar el segmento de los compactos premium con el CT200h, La filial de Nissan apenas lleva dos años en Europa y ya tiene todo en marcha para lanzar su propia propuesta, que no debería retrasarse más de dos años.