Es una delicia en curvas, traga poco, y viste la plaza del garaje como pocos compactos. Pero el CR-Z tiene un problema importante: no corre. Y esto es así porque le falta potencia. Sus anémicos 124 CV necesitan desesperadamente una inyección de hierro, y a eso va Mugen con ese one-off que se trae entre manos. Ahora, gracias a Car, sabemos que este one-off (ya lo veremos...) podría ver su potencia incrementada a niveles de Type R gracias a la inducción forzada.
Según ha informado Mugen a la revista británica, el CR-Z desarrollado por Mugen Europa equipará un compresor para potenciar su conocido motor 1,5 de cuatro cilindros, redundando en un caballaje final de unos 200 CV y un par motor de 245 Nm, sensiblemente más sustancial. Igualmente interesante es que los técnicos de Mugen han ajustado el sistema de control electrónico del IMA, aprovechando el par motor del propulsor eléctrico para dar fuerza a bajas revoluciones, permitiendo que luego el "aporte calórico" haga el resto. Y espera, porque gracias a ajustes en los escapes y beneficiándose del compresor, sería posible hasta mejorar los consumos del CR-Z base (siempre y cuando no bajes la zapatilla en demasía).
El resto de las novedades irán dirigidas a satisfacer las necesidades de su nuevo motor, además de las estéticas. Habrá frenos más grandes con pinzas de cuatro pistones, amortiguadores ajustables, aletas ensanchadas, llantas forjadas Mugen GP de 17", alerones, y una importante reducción de peso, conseguida mediante la retirada de los asientos traseros (la usabilidad de los originales es puramente nominal...) y un nuevo capó de fibra de carbono.
Mugen presentará el CR-Z en el Festival de la Velocidad de Goodwood, en julio, donde lo mismo tendremos oportunidad de verlo en su célebre ascenso. Unos meses más tarde, ya en el Salón de Tokio, deberíamos encontrarnos con su versión (o versiones) de producción.