No es la primera vez que vemos un Nissan GT-R preparado por Hennessey, antaño especialistas en modificaciones sobre deportivos americanos. Y probablemente tampoco sea la última, ni siquiera la más radical, pero tiene su interés por ver qué se puede mejorar (sobre todo en aspecto prestacional) en el Nissan GT-R 2011. ¿Se puede ir mucho más allá en un vehículo que tarda poco más de 3 segundos en alcanzar los 100 Km/h desde parado? Tengo mis dudas, pero la respuesta probablemente sea afirmativa.
Desde Hennessey, ofrecen diversos niveles de potenciación para el GT-R, que van desde los 600 hasta los 800 CV, pero ahora ofrecen también un nuevo nivel intermedio, menos radical (entre comillas), bajo la denominación GTR650. Su propio nombre lo dice, 650 CV (y un buen torrente de par motor, alcanzando un máximo de 865 Nm) que suponen un aumento de 120 CV sobre el Nissan GT-R 2011 estrictamente de serie.
¿Mejorarán las prestaciones en consonancia? En un vehículo de este nivel es ya muy difícil que esta mayor potencia marque una diferencia considerable, aunque en Hennessey no han facilitado cifras para poder establecer tan siquiera una comparación. Los cambios del GTR650 se basan en modificaciones en inyección y escape y nuevos intercoolers, aunque el turbocompresor continúa siendo el mismo de fábrica (me imagino que con mayor soplado).
Y para aquellos que quieran adaptar su GT-R a esta mayor potencia, mejorando todavía más el comportamiento, Hennessey también ofrece conjuntos de llantas y neumáticos de altas prestaciones, suspensión KW de cuerpo roscado, embragues reforzados o piezas de carrocería en fibra de carbono, todas ellas piezas de terceros fabricantes del máximo nivel. Desde luego, los amantes de la personalización y potenciación “asequible” pueden tener en el Nissan GT-R su filón de oro, porque opciones no faltan…