El hueco entre el V8 Vantage y su hermano V12 es tal que en Aston Martin han decidido que su pequeñín se haga adulto (no, en serio, eso dicen) añadiendo una nueva versión deportiva con la que colmar las ansias de adrenalina de los que no se pueden costear un trasplante de corazón DBS, pero tampoco se conforman con los 420 CV del V8. El resultado se llama V8 Vantage S. Sucinto nombre para un coche que tampoco es que vaya a revolucionar el catálogo de Gaydon.
El cambio más importante en el V8 Vantage S es la potenciación del motor, que conservando sus 4,7 litros y los ocho cilindros que le dan nombre, extrae ahora 436 CV y 490 Nm. Encajada a él, una transmisión SportShift II retocada para ofrecer unas marchas más cortas, y unida al volante, una dirección más ágil y rápida. Los frenos delanteros incorporan ahora seis pistones, y si te preguntas que qué pasa con su estética, te sugerimos que eches un vistazo al modelo GT4, del que toma detalles como el splitter de fibra de carbono y el difusor. Tampoco vamos a dejar en el tintero el botón Sport, que acelera el cambio de marchas, aumenta la respuesta del motor y abre bien los escapes para que el nuevo silenciador suelte un "aquí estoy yo" con el que callar a los GTI del aparcamiento.