El título de la noticia prácticamente lo deja claro, AMG está planeando el desarrollo de una versión atmosférica de su nuevo 5.5 V8 biturbo para su uso en vehículos con menos requerimientos de potencia. Una fuente del fabricante de Stuttgart ha confirmado estos rumores a la revista AutoWeek. El 5.5 V8 sin turboalimentación – pero con inyección directa de combustible – entregaría una potencia de unos 422 CV, unos 62 CV más que el actual 5.5 V8 atmosférico que montan algunos AMG.
Este propulsor encontraría su hueco en el próximo Mercedes SLK 55 AMG, la versión más radical del nuevo SLK que sería desvelado en el Salón de Frankfurt, en septiembre. También contraría sitio bajo el capó del Mercedes C 55 Coupé AMG. Sobre la base del nuevo Clase C Coupé incluso podría desarrollarse una versión Black Series, según apuntan algunos rumores,contradictorios con otros. Esta versión hardcore podría ser un rival para el BMW M3 GTS, aunque algo me dice que el bávaro seguirá siendo el rey de las versiones deportivas alemanas.
Entiendo que el nuevo 5.5 V8 tenga menores consumos y sea sencillo de instalar en ambos coches, desde siempre preparados para soportar motores V8, y en el fondo, agradezco que aún se fabriquen buenos atmosféricos en versiones deportivo, pero, ¿por qué no han pensado en el motor 4.6 V8 biturbo? Desarrolla 435 CV, tiene un par máximo de 700 Nm y su consumo en el Mercedes CL 500 es una cifra homologada impresionante: sólo 9.5 l/100 km gracias también a tecnologías Stop & Start.
Quizá el 5.5 V8 atmosférico sea más sencillo y fiable, pero por prestaciones y consumos ganaría por goleada el 4.6 V8 biturbo. Además, al ser más ligero, mejoraría reparto de pesos y dinámica. Sea como sea, también hemos sabido que el lavado de cara del Mercedes Clase C seguirá teniendo una versión C 63 AMG con el habitual motor 6.2 V8 de 457 CV. A veces las cosas no son como las esperamos, está claro.