Algunos más que correr, vuelan. Es el caso de ABT, que aprovechando su relativa proximidad a los cuatro anillos ha metido mano antes que nadie al nuevo A8, presentado ahora bajo su propia denominación: AS8. Originalidad, la mínima, pero es que tampoco son grandes los cambios introducidos por el preparador.
Dado que la propia ABT admite que el modelo más grande de Audi es también lo suficientemente deportivo de por sí, únicamente se ha limitado a meter mano en el motor para dejar su firma, plasmada en forma de potenciaciones electrónicas. Tras un apretón de software, el 4.2 V8 TDI pasa de entregar 350 V y 800 Nm a 400 CV y 880 Nm, que le bastan para catapultarlo de 0 a 100 en 5,0 segundos clavados, que no son moco de pavo para un barco de dos toneladas.