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La primera generación del Insight tuvo el honor de ser uno de los primeros coches híbrido producidos en masa por un fabricante generalista, pero fue el Prius de Toyota el modelo que realmente se llevó la aceptación del público. Parte de su éxito se debió a que los técnicos del mayor fabricante de coches del mundo supieron hacer una vez más lo que mejor se les da: hacer un producto mejor, más barato, y más "electrodoméstico".
Ante esta situación y con la legislación de emisiones apretando, Honda decidió trabajar en un objetivo diferente para el segundo Insight. De un coche concepto puesto en producción se pasó a un compacto muy al estilo Prius, versátil y más económico que el de Toyota.
Obviamente las similitudes con su compatriota saltan a la vista, pero en realidad son dos coches muy diferentes en casi todos los aspectos. La duda que a uno siempre le queda es si realmente merece la pena comprarse un híbrido cuando por el mismo importe puedes adquirir un buen diésel. ¿Nos acompañas a analizarlo?
Cuando de los estudios de diseño de una marca salen coches como el CR-Z, el Civic o el S2000, no terminas de cuadrar cómo puede aparecer algo tan soso como el Insight. Aquí forma sigue función, y no al revés, lo que hace que la carrocería en cuña y las líneas suaves predominen en un exterior que no desatará pasiones, pero que cumple con su cometido.
Míralo así: tu nevera (salvo que tengas una SMEG o algo rarito) no es una oda al diseño contemporáneo, pero seguro que cumple bien su cometido. Pues esto es similar. Aquí nadie ha buscado crear una obra de arte rodante. Para los que quieran híbrido y "algo más" está el CR-Z dentro de la misma casa.
El Insight sale desde los 19.900€, pero a nada que te esfuerces en equiparlo, acabarás comprando la versión de 21.400€. Obviamente, es menos dinero que la tarifa del Prius (desde 22.200€ hasta 27.550€), pero no podemos perder la perspectiva de que por 21.500€ te compras un Civic iCTDi de 140 CV...
¿Quiero decir con esto que el Insight es caro? Todo es relativo. Desde el punto de vista del eco-friki, gastar el dinero que cuesta a cambio de estar conduciendo "el cambio hacia la ecología" puede merecer la pena, pero si nos atenemos a las cifras puras y duras de prestaciones, consumo y espacio, se hace difícil a día de hoy señalar que un híbrido sea realmente preferible a un primo diésel.
Antes de meternos a hablarte de la mecánica, te contaré que el interior es más fashion que el exterior. No hace falta ver demasiado para captar el diseño ya visto en el Civic, con dos niveles de pantallas para informar al conductor, y un puesto de conducción donde todo, menos la radio, cae a mano.
Los materiales del salpicadero son duros, y a pesar de estar bien rematados, carecen de la calidad y tacto de los del Civic. Los asientos son confortables, y en las plazas delanteras espacio no te va a faltar. Además se encuentra fácilmente una posición de conducción muy agradable, con un volante de excelente tacto y factura, que se puede regular en altura y profundidad.
Las cosas cambian en las plazas traseras. No es que sean insuficientes, pero si metes a gente de 1,80 para arriba puede que sufran un poco de claustrofobia por la caída del techo. Nuevamente este es un aspecto donde su primo Civic le gana la partida.
El maletero cubica unos buenos 408 litros si contamos el receptáculo que queda por debajo del piso. No es líder de la categoría de compactos en espacio, pero caben las maletas de una familia para irse de vacaciones sin problemas.
La mecánica esta compuesta de un motor térmico de 1,3 litros de simple árbol de levas en cabeza y ocho válvulas, que a pesar de todo ello cuenta con distribución variable. Entrega unos escuetos 88 caballos, y estos se ven apoyados por un propulsor eléctrico de 14 más que se coloca donde iría el volante de inercia en una mecánica convencional. La combinación de ambos motores llega a dar 98 CV y un par máximo de 167 Nm.
La transmisión corre a cargo de una caja continua variable CVT, que ayuda a reducir consumos y optimizar el funcionamiento combinado de ambos propulsores, aunque como veremos mañana, complica la vida si queremos sacar algo de partido en curva al coche.
El consumo medio homologado para la versión más equipada del Insight es de 4,6 litros a los 100 kilómetros, con 105 gramos de CO2 emitidos por kilómetro, cifras que no son nada malas, pero que por comparación con el citado Civic iCTDi 140 CV (5,1 litros a los 100 y 134 gramos de CO2) siguen dando algo que pensar.
El peso del Insight se queda en 1.279 kg, con lo que tenemos una relación peso potencia de 13 kg/CV. ¿Le sacaremos partido a las ventajas de la disposición híbrida? Mañana te lo contamos.