Del SLS AMG se ha hablado mucho y siempre para bien, pero hay gente que a lo mejor no se siente tan satisfecha con el producto de Mercedes como nosotros. Esas personas serían los ingenieros de Chrysler, dado que según Inside Line, fueron ellos y no los de Daimler quienes dieron comienzo a esta magna obra automovilística.
La historia nos lleva más o menos al año 2006, cuando Daimler y Chrysler todavía estaban casadas, y los técnicos de Dodge ya estaban trabajando con denuedo en la próxima generación del Viper. Sería un superdeportivo bronco, 100% americano y con un sofisticado chasis de aluminio, ya completado a espera únicamente de terminar las suspensiones. Mercedes se percató del proyecto, y pensó que no sería una mala idea reutilizar su trabajo para el que por aquel conocíamos por SLC. Ambas compañías trabajaron de forma paralela en sus coches, hasta que Chrysler se hundió, y Dodge tuvo que centrar todos sus recursos en los modelos de mayores ventas. Al final, Mercedes salió con uno de los deportivos más aclamados de los últimos años, mientras que Dodge terminó en manos de Fiat.