La estela de victorias que deja tras de sí el Audi R10 TDI en los circuitos de competición sirve de inspiración para toda una nueva generación diésel. Una vez más Audi abre caminos inexplorados.
Hubo un tiempo en que diesel era sinónimo de escasas prestaciones y mucho ruido. Pero los años de investigación no han sido en vano y Audi lidera ahora la tecnología TDI tanto en los circuitos como en la calle. De hecho, todo el avance que se obtiene compitiendo se aplica a los modelos fabricados en serie.
Mediante el uso de campos magnéticos, el Audi magnetic ride ajusta la firmeza de los amortiguadores a la actual situación de conducción en una fracción de segundo.
El sistema le da al conductor la oportunidad de elegir entre dos modos básicos, dependiendo de si éste desea una conducción más confortable o más deportiva. El modo deportivo obtiene una respuesta directa de la carretera: el vehículo toma las curvas con agilidad y responde de forma espontánea a los movimientos del volante. El modo normal está más orientado al confort para ayudar a eliminar la fatiga del conductor en viajes largos.
Como consecuencia directa de los progresos en la tecnología del aluminio, el Audi TT Coupé tiene una dinámica de marcha excelente y un manejo ágil. La carrocería Space Frame es la más ligera de su categoría.
Respecto a su predecesora, el Space Frame ha incrementado un 60% su rigidez. Esta carrocería no sólo hace posible una mayor seguridad y un menor consumo, sino que influye también de modo determinante en la maniobrabilidad y el confort de conducción. Su elevada rigidez es la mejor solución contra las vibraciones, que las reduce extraordinariamente.
La carretera no puede perderse de vista ni un instante, especialmente de noche. Es por esto que Audi ha desarrollado la tecnología adaptive light para que usted controle en todo momento el trazado.
Sobre la base de diversos parámetros, incluidos la velocidad del vehículo y el ángulo de dirección, la función de control del sistema calcula el cambio necesario de la posición de los faros y emite las señales pertinentes. La luz dinámica para curvas adaptive light incluye el sistema de faros Xenón plus.
La tecnología quattro® significa potencia permanente en las cuatro ruedas distribuida entre los ejes delantero y trasero. Potencia en cada eje implica una menor exigencia de potencia con un manejo muy bien equilibrado.
La exclusiva experiencia de Audi invertida en la tracción permanente a las cuatro ruedas quattro® garantiza un mayor placer de conducción, especialmente en superficies resbaladizas. El resultado es una mejor aceleración, una mayor estabilidad lateral, una mejor tracción, una mayor seguridad y un mayor placer de conducción.
Mediante el uso de campos magnéticos, el Audi magnetic ride ajusta la firmeza de los amortiguadores a la actual situación de conducción en una fracción de segundo.
El sistema le da al conductor la oportunidad de elegir entre dos modos básicos, dependiendo de si éste desea una conducción más confortable o más deportiva. El modo deportivo obtiene una respuesta directa de la carretera: el vehículo toma las curvas con agilidad y responde de forma espontánea a los movimientos del volante. El modo normal está más orientado al confort para ayudar a eliminar la fatiga del conductor en viajes largos.