Christian von Koenigsegg tiene una mecha tan corta como los coches que fabrica su empresa. También es cierto que sería difícil convertirse en un genuino constructor de hiperdeportivos sin ese espíritu guerrero que, a fin de cuentas, es síntoma y motor de la competitividad. Hace varios días un redactor de la revista Top Gear pudo visitar las instalaciones de Koenigsegg para probar el nuevo Agera, y sabiendo que su fundador es de los que entran al trapo fácilmente, le dejó caer antes de que fuera público que Bugatti había roto un nuevo récord de velocidad con el Veyron Super Sport.
Bien, pues después de oír que su más recalcitrante rival ya se estaba acercando demasiado a la barrera de los 450 km/h, von Koenigsegg comenzó a medio-gruñir: "Tienen una buena pista de pruebas los de Volkswagen. Pero no nos dejan usarla, por supuesto. Tal vez lo hubieran hecho antes de que existiera el Bugatti Veyron, pero ahora no". Y acto seguido, pasó a enumerar en voz alta una lista de circuitos a la que podría llevarse su nuevo coche en caso de tuviera que hacer una demostración de fuerza.
¿Acepta por tanto el desafío del rey? Eso es lo que parece entenderse... y no es el único que le tiene ganas al Veyron Super Sport: SSC ya ha confirmado su intención de volver a la lucha por el récord de velocidad para un coche de producción con su nuevo modelo, así que las cosas parece que vuelven a estar al rojo vivo.