A menos que haya algún iluminado que pretenda meterle un motor de gasolina a un Tesla Roadster-un V8 seguramente y les apuesto a que no tardaremos en verlo-, la nueva nomenclatura no indica un motor V6 o I4 para el Tesla, sino que simplemente es una actualización mejorada del Roadster, con cambios basados en los pedidos de los clientes del modelo, que fueron transmitidos al fabricante a través de los años, después de que el año pasado el Tesla Roadster Sport vió la última mejora para este eléctrico.
Los cambios que anuncia Tesla para el 2.5 son una serie de mejoras tanto de comodidad como de aspecto del eléctrico. Esto incluye un nuevo frente con tomas de aire laterales y un difusor trasero. Nuevas llantas de acero forjado con nuevos diseños, disponibles en color plata y negro. En el interior, nuevos asientos con mayor soporte lumbar y más cómodos que en el modelo anterior, una mejora del hardware del sistema de control del motor eléctrico que supuestamente permite una conducción más deportiva y más resistencia en altas temperaturas, un nuevo tratamiento insonorizante que lo hará aún más silencioso y, opcionalmente, una pantalla touchscreen con cámara de vista trasera.
No busquemos aquí una subida de prestaciones, porque no las habrá. Tesla Motors tiene bastante trabajo en tratar de sacar al Tesla S como para embarcarse al mismo tiempo en otro proyecto. El precio de esta nueva versión no está definido aún, pero lo único que se puede esperar es que sea más caro aún que el Tesla anterior.