375.000€ es mucha pasta, lo mires por donde lo mires. El LFA puede que los valga como hito de la ingeniería, o como modelo exclusivo digno de colección. Pero lo que realmente nos interesa a muchos de los quemados de las cuatro ruedas es cómo de rápido se mueve.
Parte del desarrollo de este Lexus tuvo lugar en el Nurburgring, y la verdad, hasta la fecha la marca no había oficializado un crono para su superdeportivo en el anillo norte de Nurburgo. A pesar de haber corrido varias veces las 24 Horas del Infierno Verde, el coche no lo ha hecho nada bien, y bajo su entrada como SP9, ha tenido más sustos que otra cosa, aunque este año haya conseguido imponerse en su categoría, pero muy lejos del ritmo de coches como el 911 GT3 RS que logró una 12ª posición absoluta en configuración 100% de calle.
Pero más pronto que tarde el coche tenía que caer en las manos del equipo de Horst von Saurma, el jefe de Sport Auto, la publicación alemana que sirve para medir "en igualdad de condiciones" todos los coches que les dejan probar en el 'Ring. Von Saurma ha logrado con el GT-R un tiempo de 7:38 (dijo que podía girarse más rápido, pero que ese día, con esas gomas, era imposible), igualaría el tiempo con un 911 Turbo, logrando también 7:38, y hace unos escasos días por fin podría poner a prueba el LFA.
¿Resultado? Pues un tiempo de 7:38 también. Parece que el enorme peso del vehículo y la falta de tracción total no juegan a su favor en su configuración de serie como para imponer su potencia y su precio a coches mucho más baratos. Y es que con el precio del LFA te compras 3 GT-R y te sobra dinero para pagarte unas vueltas.
Obviamente el objetivo del LFA no era ser el coche más rápido del Nordschleife, y seguramente cuando se pruebe la especificación "aligerada" del mismo acabe rodando más rápido, pero lo cierto es que es un poco triste para Lexus que tras dos años poniendo a punto el coche en las 24 Horas, no haya logrado marcar un tiempo de campanillas.